Un alcohólico en una barra libre. Muérdago en Agosto y helado en Otoño. Un sonajero en un entierro. El silencio en un concierto estruendoso. Miércoles. Ferrocarriles en un aeropuerto. Un solitario en París.
Me he sentido tantas veces así, tantas, TANTAS veces: Innecesario, contracorriente, minoritario, fuera de lugar.
Por un día, 28 de junio, finjo que el mundo se vuelve del revés: que al entrar en un pub tendré las mismas posibilidades de ligar que mis amigas, que toda mi familia sabe con quien salgo, finjo que nunca he tenido que esconder, ocultar, mentir, que nunca me he mordido la lengua cuando algún familiar me pregunta por mi novio o cada vez que escucho un chiste que duele.
Bravo :)
ResponderEliminarBuenísimo, es genial, ¡sigue así!
ResponderEliminarBrutal. Me ha encantado :)
ResponderEliminar