Soy de esa clase de chica que hará lo que sea por hacerte
feliz cuando te conozca. A ti, a esa persona que espero desde siempre. Esa
chica que sabrá tratarte bien, intentará ser elegante y adecuarse a la
situación y de la que (espero) te sentirás orgullosa en una gran fiesta o en
una pequeña reunión familiar.
Pero también soy la chica que te mandará mensajes
inapropiados para hacer que te sonrojes allá donde estés, la que te sacará
corriendo de una fiesta porque está deseando llevarte a casa. Soy la chica que
escribe en los cristales empañados de un coche, que pone la música a todo
volumen y que, junto a ti, “hará del caos un arte”.
No conocerás lo que es un verdadero y adorable mensaje de voz
en plena borrachera hasta que yo te los deje en el buzón. Porque soy del tipo
de chica que bebe cerveza, chupitos de tequila y vino malo en peñas. Soy la que
no come cuando tiene resaca, la que siempre está dispuesta a irse de fiesta y
la que sale con sus amigas como si no hubiera mañana (contigo también haré que
el hoy sea lo que importe). No me quedo en casa a contemplar la vida y haré que
la nuestra sea memorable.
Soy el tipo de chica que se iría con sus amigos o contigo en
un coche a la aventura, parando sólo dónde y para lo que queramos, sin nada
planeado hasta el momento de coger el volante. Impulsiva. Irreverente.
Contradictoria. Incompleta. Si te has burlado cariñosamente de mí te odiaré mientras
te abrazo. Contigo nunca esconderé lo que pienso, no me callaré en una
discusión, llevo haciéndolo demasiado tiempo. Intentaré que no fumes, pero de
vez en cuando me verás con un pitillo. Te diré que me muero de sueño pero te
mantendré despierta toda la noche. Fingiré no prestar atención cuando me
señales algo en un escaparate solo para un día sorprenderte con ese regalo. Te
escribiré historias sin final y así contártelas de noche, cuando llegues a
casa. Defenderé que el matrimonio es más que un papel pero seré la mujer más
feliz del mundo en nuestra boda.
Soy la que se suelta de vez en cuando, comete errores y no
siempre está de buen humor, pero intenta hacer del mundo su casa y eso no se
consigue siendo la niña falsamente angelical cuya sombra vislumbro a veces por
las calles. No soy perfecta. Ni fingiré serlo.
Soy esa clase de chica de la que espero un día te enamores.
Y sí, de vez en cuando yo también digo palabrotas.