lunes, 6 de febrero de 2012

El impacto que fuiste


Es curioso el cuadro de personas que pasan por tu vida a lo largo del tiempo, lo distintas que son, el diverso recuerdo que guardas de ellas.
A veces pienso en quién sería yo sin el impacto de alguno de esos personajes secundarios de mi vida. Y no puedo evitar pensar en mí como un TODO resultante de esos impactos; un todo que tiene sus viajes fortuitos a un pasado imaginario en el que las cosas hubieran sido distintas.
Hoy en un viaje en bus Ferrol – Santiago, recordé alguno de esos impactos con la mayor de las sonrisas. Y no he parado de pensar en que el efecto que tiene la gente en tu vida es de las pocas cosas irremplazables que aún quedan en el mundo, no por su valor, sino por el hecho de que da igual cuanto cambien las cosas con esa persona con el tiempo porque ya no es posible cambiar ese impacto que formará parte de ti.
Por mucho que avancen las tecnologías no creo que haya nunca una conexión tan grande como la que se tiene a través de los recuerdos, que se materializa cuando cualquier simple detalle hace que, por ejemplo en un viaje en bus, alguien te venga a la mente.
En mi caso, para bien o para mal, creo que no cambiaría a ninguno de los impactos que me configuran, aunque con frecuencia pienso en si ellos me borrarían a mí de poder hacerlo. Lo pienso sobre todo de aquellos que en algún momento pasaron de personajes secundarios a meros extras y me pregunto si serán de esos personajes que tras un tiempo tienen un retorno estelar en la historia o de esos de los que nunca vuelves a saber nada. ¿A qué categoría pertenece cada uno? ¿Y qué recuerdo tendrán ellos de mí? El sentimiento que los invada cuando recuerden nuestra colisión ¿será bueno e intenso? ¿Será nostálgico o será amargo? A mí aún se me hace raro pensar en que es posible que alguien que lo fue todo pueda llegar a rozar la nada de tu vida, ¿cómo se produce un cambio tan vital? ¿Cuándo? ¿Pudimos, en algún momento, hacer algo para evitarlo o de alguna forma estaba preestablecido, escrito? Lo cierto, y esto es algo que nunca he confesado, es que tengo curiosidad y hasta cierto punto me da miedo ese momento en que con 25 o 30 años, en una ciudad ajena a la mía o en mi casa, una cazadora negra o un niño de pelo rizado o una foto de París me recuerde a vosotros y comprenda que ya no sé nada de vuestra vida, de quienes sois, de a quién amáis, de hasta qué punto sois felices o no… y viceversa, cuando eso os pase, si es que ese momento llega, ¿qué pensareis de mi? ¿Qué creeréis que fue de mi vida? Me viene ahora a la cabeza una frase de una canción que refleja esa posible confusión entre lo que puedas llegar a saber de mí a pesar de la distancia y la realidad de mi posible futura vida:
 “Y aunque te cuenten que me vieron de princesa en algún cuento, no hace falta que te diga que tan solo cuentos son”.
Si estás leyendo esto es probable que seas uno de los impactos de mi vida, mayor o menor de lo que crees; es probable que haya pensado en ti en algún momento sin razón aparente, que un recuerdo tuyo me haya hecho reír, me haya ilusionado o me haya puesto triste. Hay un sitio especial para mí del que nunca os he hablado, en el que guardo un recuerdo de cada uno de los impactos de mi vida sin excluir a nadie, un instante en especial de cada uno que sobresale por encima del resto o que sin razón aparente me ha marcado de forma más determinante, un recuerdo que te define en mi vida y que se resume en un sentimiento. ¿Tienes curiosidad por saber cuál es el momento de nuestra colisión que conservo?
Si has leído esto, si a través de un momento eres una pequeña parte del TODO que supone mi existencia, solo hay una cosa que me queda por decirte:
Gracias por haber impactado en mi vida.