¿Recuerdas
cuándo soñábamos con viajar, con vernos al otro lado del mundo y compartir lo
que nos había separado?
¿Qué cambió?
Tal vez nos hicimos
mayores. Igual con el paso del tiempo fuimos asumiendo que si alguna vez nos
separamos fue por algo. Cuesta creerlo pero es cierto que si observas con
atención durante un momento, si intentas dejar de lado la nostalgia que
acompaña al paso del tiempo, por instantes puedes ser consciente de esa
transformación, de cómo las cosas que antes te hacían sonreír con complicidad
ahora te sacan de quicio y cómo sus manías ya no te parecen tan encantadoras.