Un alcohólico en una barra libre. Muérdago en Agosto y helado en Otoño. Un sonajero en un entierro. El silencio en un concierto estruendoso. Miércoles. Ferrocarriles en un aeropuerto. Un solitario en París.
Me he sentido tantas veces así, tantas, TANTAS veces: Innecesario, contracorriente, minoritario, fuera de lugar.
Por un día, 28 de junio, finjo que el mundo se vuelve del revés: que al entrar en un pub tendré las mismas posibilidades de ligar que mis amigas, que toda mi familia sabe con quien salgo, finjo que nunca he tenido que esconder, ocultar, mentir, que nunca me he mordido la lengua cuando algún familiar me pregunta por mi novio o cada vez que escucho un chiste que duele.
Una amiga me dijo una vez que ella no pintaba nada en unas fiestas del Orgullo gay. No sé si es que nosotros tenemos poderes especiales de adaptación, porque lo de salir y no ver a nadie que te interesa, estar rodeado de parejas de distinta orientación sexual a la tuya y que se te acerquen personas que no te atraen por su género, me suena bastante. Bienvenido a mi vida gran parte de los restantes 364 días del año. Es raro el día que no me siento así al menos una vez, como un hetero en el orgullo.
Día 1: ALAN:
Saqué la cabeza por la ventana. No para gritarle al vecino ni para ver
si estaba bueno, sino para mirar un avión surcar el cielo. Y pensé: es
posible que Sophie esté en ese avión.
SOPHIE:
And then I saw your face in the airplane window.
DÍA 2:
ALAN:
Estaba en New York, concrete jungle where dreams are made of. Cumpliendo mi sueño. Y Sophie cogía ese avión para luchar por los suyos. Y no la culpaba por ello.
SOPHIE:
¿Me culpará por irme? No quise dejarle solo, de verdad. Pero mi sitio ya
no estaba allí. Nunca lo estuvo. Y no podía rechazar la oferta de una
editorial española que prometía editar mis libros. No podía.
DÍA 3:
ALAN:
Salí de casa y me sumergí en la multitud, en las calles luminosas,
Broadway y los taxis amarillos. Los putos taxis amarillos que nunca
conseguías coger. Y pensé: si Sophie estuviera aquí bastaría con que
enseñara cacho y los taxis, por fin, pararían.
SOPHIE:
Cogí un taxi para ir del aeropuerto de Barcelona a la editorial donde
tenía mi entrevista. Y nada más entrar lo supe, el taxista era
condenadamente gay. E imaginé todo el flirteo que habría habido entre él
y Alan si estuviera allí. Y aunque en el momento habría fingido estar
incómoda, en el fondo me habría encantado esa cómoda familiaridad que
nos rodeaba.
DÍA 4:
ALAN:
Llevaba poco tiempo allí pero con Sophie me había hecho asiduo de un pequeño bar totalmente neoyorkino, sin
las prisas, agobios y superficialidad de la ciudad, pero con la magia y
espectacularidad de las pequeñas cosas y las cosas bien hechas. Me
senté en nuestra mesa de siempre. Sonreí a la camarera, que sin duda
notó la ausencia de Sophie aka tensión sexual no resuelta pero no preguntó nada. Y pedí una pepsi para sentirla un poco más cerca.
SOPHIE:
Una tarde el calor sofocante de Barcelona me llevó a una pequeña
cafetería cercana a mi nuevo apartamento. Por un momento estuve a punto
de llamar a Alan para que viniera. Luego recordé los 6157 km de
distancia. Y pedí un cacaolat para refrescar la memoria y evitar la
ausencia.
DÍA 5:
ALAN:
Después de dos meses en Nueva York una discográfica se había interesado
por mi maqueta. Pero necesitaba más material, canciones no más maduras
sino más actuales. Actuales en representación de mi estado anímico en
estos últimos meses, no en cuanto a tendencias musicales.
SOPHIE:
Actualmente mi libro, mi primer libro, está a punto de ser publicado.
Recuerdo cada momento que me llevó hasta ese día y aparecen en mi mente
las palabras de apoyo de Wendy y Alan, viene a mi mente el mes que pasé
con él en NY donde me ayudó a terminar mi segundo libro. No habría
superado ese estancamiento sin él.
DÍA 6:
ALAN:
25 de Junio de 2014. El mundo se paraliza. Ceremonias y galas, una vez
más, que conmemoran el quinto aniversario de la muerte de Michael
Jackson. Y recuerdo aquel día como si fuera hoy, comentando la noticia
con Sophie por Messenger. Y pienso en todas las muertes que por
desgracia hemos vivido juntos.
SOPHIE:
Compro el periódico. Tal vez sea un mero hábito cotidiano de periodista
que nunca llegó a ejercer y que siente cierto compromiso hacia su
profesión en una vida paralela en la que sus sueños no se hubieran hecho
realidad. Porque a veces no tengo tiempo ni de ojearlo, la verdad. Pero
ese día una portada me sorprende. Quinto aniversario de la muerte del Rey del Pop. Ya
han pasado cinco años... No recuerdo muy bien si fue él quien me lo
dijo o yo a él, pero recuerdo haber compartido con Alan esa noticia.
Cinco años... y pienso en toda la vida que por suerte hemos compartido.
DÍA 7:
ALAN:
Me siento en la hierba de Central Park. Bajo un árbol que habrá visto
más historias de las que yo viviré, a la sombra de una luz que me guía,
para que ésta no me ciegue. Fuí allí buscando inspiración, pero ésta
aparecio en mis recuerdos. Sophie.
Gonna write a song so she can see,
give her all the love she gives to me, talk of better days that have yet
to come. Never felt this love from anyone. She's not anyone. She's not
anyone.
SOPHIE:
Me siento en la cama con el ordenador sobre las piernas a escribir los
agradecimientos que irán con el libro. Y pienso en que él lo leerá solo
en Nueva York. Y las palabras casi vienen solas a mis dedos:
En el lobby de mi oscuridad aprendí a valorar la claridad que había en
ti. Espero que alguna luz te muestre también esa claridad.
Águeda Volta.
DÍA 8:
ALAN:
Anuncian por todas partes la última película de Superman. Me paro delante del cartel. Meh, el actor está bueno. Y
aunque no creo demasiado en los héroes me gustaría que uno me llevara
volando en un segundo a mi ciudad. Adoro Nueva York, pero al mismo
tiempo también echo de menos Pontevedra. Inconformismo constante con
respecto a el lugar y situaciones en que vivo.
SOPHIE: Cojo mi Mp4 y suena la canción Hero de Mariah Carey: So
when you feel like hope is gone, look inside you and be strong. And
then you'll finally see the truth, that a hero lies in you. Es
extraño, pero creo en los héroes, creo que hay un héroe en cada uno de
nosotros, aunque no todos llegan a salir a la luz. No uno como los de
las películas, sino en sentidos muy distintos, héroes cotidianos. Y
entonces recordé que iban a estrenar otra película de Superman, pero a
penas la había visto aquí anunciada. Y eché de menos esos carteles
enormes y esas pantallas que llenan las calles de Nueva York con
constante publicidad de todo tipo. Extraño Nueva York.
DÍA 9:
ALAN:
Un mensaje! Es de Sophie. Es friday night y estoy de fiesta con unos
amigos recién hechos y considerablemente gays. Aquí hay gays everywhere,
el paraíso. Salgo a la calle para leer más tranquilo sus palabras:
En la vida, cada uno toma diferentes caminos; pero no importa a donde vayamos, llevaremos un poco de cada uno a todas partes.
Tim McGraw.
Sonrío en la noche neoyorquina.
SOPHIE:
Salgo de la ducha y cojo el móvil. Alan me ha respondido. Es un pequeño
juego que seguimos, mandarnos citas famosas de alguien que nos recuerden
al otro. Su respuesta:
La vida sin pene no tiene sentido. Javier Pampín.
Estallo en carcajadas y sin querer despierto a la chica que me espera
desnuda en mi cama, que me mira confundida. Por supuesto que sí Alan,
por supueeeesto que sí.
DÍA 10:
ALAN:
Echo de menos la playa. Y recuerdo la primera vez que fui con Sophie y
nadamos hasta las boyas. Conocí a un universitario el otro día e
inmediatamente pensé en mi etapa en la uni y en el día que le dije a
Sophie que ya lo había hecho. Y pienso en nuestro árbol en Santiago. Who's Judy? Escucho
que alguien dice por la calle. Hace tiempo que no me engancho a ninguna
serie y la verdad es que pocas consiguieron engancharme como Glee. No
juego una partida de billar sin pensar en el Estrella. Y mentiría si
dijera que no he vuelto a tomarme 13 chupitos de tequila. Pero nunca he
vuelto a bailar el día de mi cumpleaños, bajo la lluvia, en una plaza
vacía. A veces, por chorradas, echo de menos a Sophie.
SOPHIE:
La primera vez que fui a la playa en Barcelona recordé la primera vez
que fui con Alan. Nos ví en la toalla, tomando un helado, mientras yo
miraba a una chica en bikini. Cuando paso por delante de una de las
facultades de aquí, no puedo evitar pensar en mis años en Santiago y en
Wendy y Alan entre el público el día de mi graduación. Spies!!! Veo tantas series como siempre
pero muy a menudo frases de glee vuelven a mi vida, sin venir a cuento,
y me hacen reír. No he vuelto a NO encontrar otra cisterna, ni he
vuelto a ver otra edición de Grande Frateeeeeelloooo. Pero cada guitarra
me recuerda a las de Alan y aún conservo el Cd que me grabó con
nuestras canciones. Te echo de menos.
One more time, thanks for the memories.
DÍA 11 (y útlimo):
ALAN:Cojo
un avión hacia España. Es 15 de agosto del 2014. Tengo planes para
mañana desde hace 4 años. Y ni siquiera hemos hablado de si ella va a
poder venir, pero confío en que sí. Llego al río y la veo sentada en
nuestro banco. Sonrío. No ha cambiado mucho desde que la vi en Navidad.
Está guapa, el amor le sienta bien. Pero no se lo diré. Jum. Aquí la
única reina seré siempre yo. Me abraza. Tras una serie de ñoñerías
sentados en el banco nos dirigimos a un bar, El rumore ya no existía y
aunque este sitio tampoco estaba mal, los camareros estaban menos
buenos. En fin. Pasamos todo el día juntos recordando viejos tiempos.
VIEJOS. De pronto me siento viejo. Y estoy a punto de entrar en pánico.
Pero ella me pregunta por Chris y sonrío. Y le cuento todos los detalles
de nuestra relación... todos todos no, pero casi. Me sorprende que
parezca tan incrédula respecto a mi relación con el sueño andante de mi
adolescencia, yo siempre supe que todo resultaría así. Sophie me invita
a su casa estas Navidades y no lo dice, pero me da la sensación de que
ya vive con su novia. Me alegro tanto por ella. Parece feliz. Mantenemos
conversaciones por skype a menudo pero aún así, la voy a echar de menos
hasta que nos veamos las próximas vacaciones. La acompaño a casa. Te
quiero bollera. Nos abrazamos. Entra en el portal en el que alguna vez
dormí y sonrío mientras me dirijo a casa. Suelo pensar en ello cuando
voy, es uno de mis pequeños secretos. E intento NO pensar en lo que
Sophie pudo hacer en ese portal durante su hormonal adolescencia.
Mientras camino pienso en el verano que me espera en Los Angeles junto a
Chris. ¡Menudo día! Sophie,
We might be apart but I hope you always know, you'll be with me wherever I go.
SOPHIE:Cuando
ya estoy llegando al aeropuerto de Vigo me doy cuenta de que ni si
quiera me ha dicho si puede venir mañana. Más le vale. Duermo esa noche
con ganas de verlo y antes aprovecho la expectación para escribir. Le
veo a lo lejos... o al menos creo que le veo. Mi vista sigue sin ser de
fiar desde 2010. Se acerca más y definitivamente es él. NY no le ha
cambiado mucho en estos años, pero ahora viste mejor, más accesibilidad a
ropa distinta, básicamente. Pero sigue teniendo los mismos aires de
reina del orgullo. JA. Pero a mi nadie me quita que voy a ser el rey
león. Le abrazo. Y tras una serie de comentarios preciosos y de ponernos
al día, vamos a un bar de ambiente, el que hay. Y aunque no está mal se
lo que piensa Alan: no es El Rumore, los camareros estaban más buenos.
En fin. Compartimos ese día que habíamos planeado desde hace tanto
tiempo y recordamos todo lo que hemos vivido juntos y no hay nada que me
parezca más mágico que dos viejos amigos que siguen tan unidos como
siempre compartiendo un día planeado hace años. Le pregunto por su novio
famoso. Detalles. ¡DEMASIADOS detalles! Pero sonrío al verle feliz y al
pensar como ha resultado la vida, que no ha dejado de sorprenderme. Y
hacemos planes para que vengan junto a mi familia a mi casa de Barcelona
estas Navidades. Aún no le he dicho que Paola, mi novia italiana, se
acaba de mudar conmigo. Parece feliz. Me alegro tanto por él. ¡Y además
paga él las copas! Leo siempre sus tweets e intento mantenernos en
contacto, pero aún así le voy a echar de menos. Me lleva hasta el
portal. Te quiero pequeño. Nos abrazamos. Entro y cierro la puerta
detrás de mí. Sonrío mientras empiezo a subir la rampa. Miro hacia atrás
pero ya no está. Es uno de mis pequeños secretos, siempre miro hacia
atrás cuando vienen a acompañarme. Pero siempre se han marchado ya. Y
pienso en que tengo que hacer la maleta para volver el lunes al trabajo
en Barcelona. Lo he pasado en grande hoy y aunque voy a extrañarle
supongo que él también lo sabe:
We might be apart but I hope you always know, you'll be with me wherever I go.
Deshace la maleta en esa casa grande en la que resuena el eco
de las ruedas desgastadas por los distintos caminos y viajes. Deshace la maleta
sin saber que, al hacerlo, se enfrentará al dilema de su vida.
Agarra la cremallera entre sus dedos imaginando que es un
cigarrillo, ansiando que lo sea. Contempla el repleto contenido de la maleta y
todo le parece distinto a cuando lo metió en ella; casi como si la hubiera
hecho otra persona.
Y solo entonces repara en ese carrusel de emociones que
estalla para ella cuando vuelve a ver aquellos recuerdos ahora guardados. Ve
las risas de labios torcidos, las lluvias en verano, ve sus lunares invadiendo la
piel y la certeza de que nade será cierto. Lo único cierto para ella se
encuentra en esa maleta, en los recuerdos de ese chico al que nadie verá como
ella ha visto (o ese al menos es su mayor temor).
Y los objetos que llenan esa bolsa de viaje se distinguen
perfectamente los unos de los otros. Están los recuerdos nítidos, los que
parecen respetados por el tiempo y que permanecen igual que el día que los
creasteis; luego están los desgastados, los recuerdos ambiguos que solo tú y él
podríais entender, descifrar, asociar a un momento o lugar. Esos recuerdos son
los que os unen, los que nadie entenderá jamás por mucho que les cuentes tu
historia. Cuando la maleta desaparezca y con ella su contenido, cuando él se
vaya y tú dejes de viajar hasta su puerta (si es que alguna vez sucede
cualquiera de las dos opciones), son esos los recuerdos que llevarás contigo
(los que son solo vuestros), pase lo que pase y por mucho que los demás
pretendan borrarlos.
Si eres parte invariable de uno de esos amores que viene y va
pero que nunca desaparece del todo, como la maleta que siempre acompaña al
viajero, sabes muy bien lo que ese conjunto de recuerdos enlatados significa:
esa mezcla de sueños que espera(ba)s ver cumplidos, recuerdos que no olvidarás
y otros que preferirías no recordar. Si lees esto y entiendes lo que es esa
maleta, es que has querido alguna vez, es que has querido con TODO lo que
llevas dentro… para bien o para mal.
Y sea cual sea su futuro, tanto si conserva esa maleta para
siempre como si inicia otra con recuerdos de una nueva historia, de un nuevo
protagonista, espero que encuentre entre esos recuerdos la felicidad que ha
buscado en cada viaje, en cada lugar y en cada beso, espero que el peso de esa
maleta sea equiparable al que la otra persona ponga de su parte y que ella,
desde entonces, nunca vuelva a viajar sola.
Observo como el autobús en el que ella va sentada se aleja
hasta desaparecer de la estación y pienso en que ésta podría ser la escena
final de nuestra historia. La de todas nosotras. Mientras camino alejándome de
allí pienso en este año, en esa escena que cierra la que espero sea la primera
película de una larga saga. Y recuerdo con una sonrisa el primer día en que os
conocí a cada una de vosotras, los primeros recuerdos que conservo.
La primera vez que entré en la resi se me calló el mundo
encima y le dije a mi madre que no quería vivir allí. ¿Quién me iba a decir que
dos años más tarde iba a estar tan a gusto? Pero eso es gracias a vosotras. En
este tiempo hemos compartido risas, lágrimas, ilusiones, decepciones, planes de
futuro, amores platónicos y fiestas, muchas fiestas. Este año no tiene
comparación con el anterior y eso es gracias a vosotras, a haberos encontrado o
a que me hayáis descubierto, a que hoy seáis unas de las personas más
importantes de mi vida.
A riesgo de quedar cursi quería daros las gracias una por una
por ayudarme a apreciar un poquito más Santiago, por permitirme ser yo misma,
aguantarme y por hacer mi vida mucho más agradable (incluso los domingos).
Amante
del número 14: Solo tú eres capaz de hacer que los trayectos en Renfe
se vuelvan agradables, o los paseos a la facultad a las nueve de la mañana
(aunque este año no hayamos podido compartirlos tanto). Sólo tú eres capaz de
seguirme el ritmo en nivel de locura a la hora de soñar con nuestro futuro. Sé
que siempre que te llame vas a estar ahí y no puedo darte las gracias lo
suficiente por ello. Con nadie más podría haber planeado la Ruta 66 y, créeme,
pondré todo de mi parte porque algún día podamos hacerla, porque si hay alguien
a quien veo en mi futuro es a ti… estemos a la distancia a la que estemos,
serás la tía que malcríe a mis hijos y te adorarán tanto como su madre. Espero
que esta mala racha se pase pronto y que las sonrisas vuelvan a iluminar tus
días. Winter is coming pero antes nos
queda un gran verano, no lo olvides.
Casanova:
Creo que eres tan nueva en este grupo como yo, lo que en parte es bueno
porque me ha permitido conocerte sin estar condicionada por las demás. Creo que
ya te he dicho que eres la fiel representante de que las primeras apariencias
engañan, y me alegro de haberme dado cuenta del corazoncito que tienes reservado
para unos pocos privilegiados. Me siento afortunada por ser parte de esos
privilegiados. Tu música motivante, tu sonrisa tras un mal día, tus mil
historias amorosas (que algún día me servirán de base para un libro, tiempo al
tiempo), tus ganas de fiesta solo comparables a las mías y tus consejos, son
parte de los grandes descubrimientos de este año. “Te digo que Romeo y Julieta no eran de este planeta” Pero no nos
engañemos, tú y yo seguiremos buscándolos allá donde vayamos, respectivamente,
o al menos la versión moderna de los mismos. Y seguiremos añadiendo a la lista
parejas que romper y repartir ;D
Chakras:
Creo que no hay nadie en el mundo que me despierte tanta ternura como tú.
Mi compañera de American Horror Story, distribuidora de cafeína en épocas de
exámenes y de un abrazo siempre que haga falta. Sé que siempre que tenga un
problema vas a estar ahí y espero que sepas que yo tampoco pienso irme a ningún
lado si me necesitas. Sé que la función de mami no te gusta y tampoco creo que
encaje del todo, así que te diré que te veo como a una de mis dos hermanas
mayores, con la que tanto puedo irme de fiesta a emborracharme, como sentarme a
ver una peli y llorar como magdalenas, como ponerla al día delante de un café
sobre mi vida amorosa. Mi conversación contigo y #B108 en el Berberecho creo
que marcó un antes y un después, o por lo menos para mí, y desde entonces no
puedo dejar de ver tu habitación como nuestro punto de encuentro, ese sitio en
el que sentirme yo mientras charlamos todas de cualquier cosa. Si pudiera cambiar
algo solo sería una cosa: que el año que viene yo también tenga vistas tan
interesantes como lo son para vosotras las de Hugo. Ya tu sabeh ;D Te quiero
cariño.
Pink Panther. Reina de las posturitas cuando está
borracha, de los quebraderos de cabeza en cualquier estado y de las fotos
delante de espejos cuando no estamos delante para quitarle la cámara. Pero,
aunque no te lo digamos tanto, también eres la que nos hace pasar grandes y
memorables momentos, la que tiene más facilidad para despertarnos una sonrisa
en un mal día y la desordenada cuyo caos lo llenará todo de recuerdos
imborrables. Me pareces la ingenuidad en persona, para bien y para mal, y eso
me ayuda a abrirme contigo sin sentirme desprotegida, quizás por ello te he
contado cosas que no saben las demás y que espero que valores, cosas que
preferiría borrar pero que como es imposible no hay mejor forma de superarlas
que contárselas a una buena amiga como tú. Espero que el tiempo te traiga al
príncipe azul que buscas y que venga cargado de paciencia, sino siempre puede
recurrir a nosotras para que le demos un manual de cómo saber llevarte jaja.
Este año no habría sido lo mismo sin ti, así que me alegro muchísimo, de
corazón, de que al final entraras en la resi, porque no me imagino este curso
sin nuestras fiestas, sin que te quedes dormida en mi cama o me hables a las
tantas por wasap, sin ti devorando patatas o compartiendo conmigo momentos
especiales, no me imagino mi vida sin ti siendo el Ying de mi Yang (que espero
se complementen algún día y podamos conseguir ser felices la misma noche, con
la misma intensidad; si alguien se merece ser feliz, eres tú).
De igual modo que este año “Las niñas” se llevaría el Oscar a
mejor película revelación espero que el siguiente curso y este verano
contribuyan a la consolidación, a engrosar esa larga lista de cosas que haremos
juntas.
Esté donde esté sé que me acordaré de vosotras y pensaré en
este año en Barroso como en uno de los mejores de mi vida y espero que os pase
igual, que al recordar las cañas en el Perk, las historia de Casanova, “Ella no
sigue modas”, Lidia’s Cofee, a los Black Thunders y un millón de cosas más, os
teletransporteis a ese momento de nuestras vidas en el que espero que hayáis
sido tan felices como yo.