lunes, 22 de mayo de 2017

Cuando todos hablaban de ti

Estoy convencida de que el tiempo nos ha fallado. Que si iba a tardar tanto podría habernos avisado. Por lo menos por mi parte me habría esforzado más en perdonar, en curar, en superar, en avanzar… hasta llegar a ti. Habría intentado no perderme tanto en melenas y curvas que ciegan en lugar de dar luz y en labios que prometen más de lo que pueden cumplir. Te habría escrito más a menudo, por si podías oírme o leerme, te habría esperado en todas las estaciones, por si Sants y Atocha no eran suficiente y habría buscado tu rastro entre todos los versos que leía. Aunque en el fondo siempre he sospechado que Loreto Sesma me hablaba de ti, que Rupi Kaur te conoció mientras sanaba y que hasta a Vanesa Martín le faltaban palabras para describirte. Por eso por mucho que lo intento no logro encontrarlas yo tampoco. Si Stevie Nicks te compuso una canción y eras la luna a la que le cantaba Camila e Iain S. Thomas escribió aquello para ti, ¿cómo no iba a estar enamorada? Pero creo que tenía miedo, miedo a enfrentarnos con el tiempo y la vida y que nos ganasen. Miedo a que fueras la Alaska de la que advirtió John Green y por tanto buscarte terminase perdiéndome yo. Yo, que como Benedetti, creía que “cada acto de amor es un ciclo en sí mismo, una órbita cerrada” me veía a mis 32 años ante el pánico a quedarme atrapada para siempre en esta historia. Llegó un punto, cuando tenía que decidir, que no sabía si me asustaba más tu ausencia o tu presencia. Que temía con toda mi alma encontrarte años después y reconocer en tus ojos a la Alison de Elvis Costello, cuando yo era los Boston cantándole a Amanda y cuando me había pasado por el forro a los Rolling en Angie. Como ella, tú también eras preciosa, las diferencias eran que yo no quería decirte adiós y que las malas lenguas dirán que ni siquiera lo intentamos. Y tendrán razón Eli, porque al final me pudo más el miedo a que “Tal como éramos” se nos quedase pequeña y fui tan idiota que hice exactamente lo mismo que su protagonista, me fui antes de tiempo. No dejé que te explicaras y nos dejé tiradas. Solo ahora lo veo. Aunque ya te digo, ingenua de mí, que no esperaba que el tiempo tardase tanto en volver a juntarnos. 

lunes, 15 de mayo de 2017

Train

¿Alguna vez te has despertado y has pensado: pillaría el primer tren a cualquier parte? Destino: Desconocido. Así es la vida también.

Hay trenes que vemos alejarse desde el andén y justo cuando estamos a punto de perderlos de vista pensamos: “¿Y si ese era mi tren?” Pero lo cierto es que probablemente no lo sea. A la vida le gusta meternos las dudas en el último momento, cuando ya no hay marcha atrás. Yo soy más de pensar que cuando un viaje es para ti, por muchas dudas y miedos que tengamos, al final y aunque sea en el último momento te compras el billete, haces la maleta y te subes al vagón. Así que si lo has perdido o no era para ti, o te venía grande.

Incendios de nieve (II)

“Creo que he vuelto a la vida
pero aún te busco en las causas perdidas.
Permanezco quieta, callada, estática,
cuando en realidad tengo electricidad en el alma
mil palabras guardadas
y algo en la mirada.

Dicen los bares que hablo de ti
y mis amigos que me ven distinta,
que mi sonrisa ya no ilumina ciudades
y que me escondo detrás de medias verdades.