Pienso
que existen dos tipos de persona en el mundo, dos formas de entender el
universo. Por un lado están los que creen que el Sol y la Luna se aborrecen, se
repelen tanto por ser tan opuestos, tan noche y día, que uno sólo aparece
cuando se va el otro, que apenas pueden coincidir más que cuando se produce un
eclipse. Luego están los que piensan lo contrario, los que conocen su historia
porque alguien se la contó, porque la leyeron o porque la han vivido. Éstos
últimos están convencidos de que todas sus diferencias son las que atraen a la
Luna y al Sol, que el Sol se va cada día para dejar que la Luna tenga su
espacio, que viva su noche, y que no sabe que en realidad ella también lo busca
a él. Como cuenta la leyenda, en esta visión de nuestro mundo, el Sol y la Luna
viven esperando los escasos momentos en que pueden estar juntos, es entonces
cuando aparcan sus diferencias y viven su eclipse.
Y
todo esto viene a que no sé qué tipo de persona eres tú, si el primero o el
segundo, si sólo ves las cosas de forma práctica y superficial o si crees en la
magia tanto como yo. No sé si te gusta rascar un poco en las personas para ver
más allá de lo que te dicen tus ojos o si en tu cama hay tanto tráfico que no
hay espacio para estúpidas reflexiones de este tipo.
No
tengo claro si yo era la Luna, si me empeñaba en perderme en la noche y dormía
mis resacas mientras tú brillabas o si, por el contrario, he sido el Sol en
esta historia y siempre me marchaba para dejarte tu espacio con la esperanza de
que alguna vez vinieras a buscarme. Quizás sólo fuimos un eclipse, coincidimos
en un lugar y momento determinados por un período corto de tiempo. Quizás me
cegó tanto mirar tu imperfecta belleza que me quedé aturdida por un tiempo, que
no supe ver que eras fugaz y que cuando el tiempo pasara tú te irías con él.
Probablemente tampoco entiendas qué hago escribiendo sobre ti, qué clase de
tormenta solar tengo en la cabeza para llegar a semejantes reflexiones o darle
vueltas a algo tan simple; perdóname, supongo que cuando era pequeña no aprendí
suficiente sobre astro
no mía.
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