Una de esas noches de torbellinos y sentimientos
entremezclados. ¡Lo que darías ahora por tener las cosas claras! Por saber lo
que quieres y a quién, aunque no pudieras conseguirlo.
La simple certeza de saber que estás luchando por lo que
deseas te calmaría el alma y te dejaría cerrar los ojos esta noche. Sin
embargo, son un millón de dudas las que te abrazan en la cama: ¿me quiso Wendy
alguna vez? ¿Será LA chica la representación de todo lo que no podré tener en
la vida? ¿Llegaré algún día a vivir de lo que realmente me gusta?
Temes no comprender nunca todas esas cosas que hoy te nublan
la vista, pero aún esperas con más miedo que pueda existir un día en que
obtengas las respuestas a todas esas preguntas no formuladas.
Tal vez son los nervios pre exámenes. O el miedo a las
despedidas. O la lluvia sin fin que te deprime el alma. O demasiadas emociones
juntas.
Tal vez eres tú, que siempre has creído demasiado en la buena
fe de un corazón que no deja de joderte. Un farsante a medias que solo se
engaña a sí mismo y a su dueña, que no deja de seguirle ciegamente. ¿Me iría
mejor si no lo hiciera? Probablemente. Pero no
sería yo.
“E’ una scelta chiaramente: prima il cuore, poi la mente”
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