miércoles, 17 de octubre de 2012

LLuvia


Ver a través de la ventana una vespa blanca aparcada bajo la lluvia; las gotas empañando el cristal. Y recorrer el mundo sobre ella en tu imaginación.

Pasear por Roma cogiéndote la mano, acariciarte los nudillos dibujando pequeños círculos. Sonreír a un turista que pasa a tu lado o ignorar el móvil que suena incesantemente en tu bolsillo. Saludar a los amigos que os esperan en una terraza a la sombra. Mirarla como si fueras a descubrir algo nuevo cada segundo, saborear el vino en sus labios.  Poder vivir la vida en francés, inglés o castellano pero siempre, siempre, entenderla en italiano. Y saber que has llegado a tu destino.

Sonríes en tu pequeña habitación y apoyas la cabeza en el respaldo de la silla, maldiciéndote por tu eterna condición de soñadora. Y una lágrima resbala por tu realidad y roza tu sonrisa. Es entonces, justo en ese instante, cuando comprendes que hay alguien viviendo esa vida; en algún lugar del mundo existe esa persona que vive la vida que tú sueñas y sobre la que escribes. Y esperas, de todo corazón, que la esté disfrutando. Tú sin duda lo harías.

2 comentarios:

  1. Llegué aquí a través de Álvaro (de vida a los 20).
    Me ha gustado mucho... Para bien o para mal, yo también soy una soñadora...

    Andrea
    http://sonrisasinprisa.blogspot.com

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    Respuestas
    1. Muchas gracias!! Hay dias buenos y malos, seguro, pero espero que el serlo te haga muy feliz :)

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