martes, 6 de marzo de 2012

Compartiría...


Duele saber que hay un millón de momentos, de sensaciones, de sentimientos, de cosas que te gustaría compartir con alguien, que te gustaría aportar o presenciar. Duele saber que, aunque tal vez algún día lo sea, ahora no es posible, asequible, tangible.  Pero duele aún más ser consciente de que no valdrá cualquiera, de que no valdrá un amigo por cercano que sea o un familiar, de que tal vez ni si quiera llegues a encontrar a ese alguien.
Lo único que me ayuda a aliviar ese dolor es ir extendiendo mentalmente esa lista de deseos exteriorizados y reflejados en papel, de cosas compartidas. Porque sé que mi lista será cada día más larga. Porque sé que no hay un principio concreto o un final escrito, porque el orden no altera el producto.
Seas quien seas, estés donde estés, te conozca ya o no, compartiría contigo tantas cosas… el último cuadradito de una tableta de chocolate, las vistas desde mi habitación de la Torre Eiffel, el puente de Manhattan o una playa en las Seychelles… el último rayo de sol, I’ll stand by you de The Pretenders, una sonrisa entre lágrimas, un álbum de fotos… un viaje inesperado, el instante justo antes a quedarte dormido, un baile en una boda, las últimas caladas de un cigarrillo, una risa incontrolable… el sonido de la llave al abrir la puerta cuando vuelva a casa, los siete años de mala suerte tras romper un espejo, una manta en invierno y la ausencia de ropa en verano… un déjà vu o un flashforward, el crujir del parqué que me hace saber que te has levantado, la primera palabra de un niño, un beso robado, el olor a café recién hecho… el ritmo alterado de los latidos de un corazón, una cerveza en una terraza, cualquier capítulo de Friends, el calor corporal y el frío glaciar de una mirada… la décima copa de Europa del Madrid, la lista de invitados de mi boda, las últimas palabras de un poeta, el color verde de un mar no siempre en calma… mis sábanas, mi mesa, mi paraguas, mi sofá, el cartel que señala Pontevedra en la autopista… un sujetador recién comprado, la lluvia que nunca será púrpura, todos los “te quiero” del mañana, el  primer borrador de todo lo que escriba… un orgasmo agotador, un libro gastado por el tiempo, la brisa en la playa, el primer par de tenis de bebé que compre… una copa de champagne, mis labios en tu nuca, el miedo ante una decisión importante, los triunfos, las derrotas… la butaca de una sala de cine, las frases míticas que aún no se hayan dicho, el color indescifrable de mis ojos y el sabor aún desconocido de tus labios… una tarde de domingo en el sofá, la lentitud de un lunes, la energía incombustible de un buen sábado… un video precioso que encuentre en youtube, una sorpresa, todas las películas que nos queden por ver, un anillo en el dedo anular, promesas silenciosas, peleas a gritos y dulces reconciliaciones… los atardeceres desde mi terraza, una comida en verano en la finca de mis abuelos, los chistes malos de mi padre… mis peluches, mis CDs, mi perfume… las noches de insomnio, unas Ray-Ban, el último y primer día de cada etapa distinta de mi vida… la mesa de Navidad decorada por mi madre, las batallitas de mi abuelo, los catorce de febrero, una partida a la play con mi hermano… una invitación a la fantasía, la adrenalina en un parque de atracciones, un beso en un semáforo, la reserva de un hotel, el saber a ciencia cierta que estar contigo me convierte en lo que debía ser… los ideales de una soñadora, la carta del Che a sus hijos, el vapor de la ducha en el espejo del baño, las frases de mi libro favorito… un perro, una casa, un chapuzón en una piscina a media noche… esperanza, confianza y deseo… la fe en el amor…

8 comentarios:

  1. ¡Buah! ¡Qué bonito! Alcanzar eso es alcanzar el "todo". :) ¡Suerte!

    ResponderEliminar
  2. He llorado leyendo tu blog de Cartas a Neverland. Me siento tan identificada con tus palabras que me haces dudar de que no sea yo misma.
    Es un alivio saber que no estás sola y que alguien en este gran universo ha sentido lo mismo que tú y sigue viva y se atreve a soñar...te sigo Águeda :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra saber que alguien pueda llegar a sentirse identificado con lo que escribo, de verdad. Aunque me da algo de pena que sea con ese blog porque en su mayoría no era demasiado alegre. Pese a todo, por supuesto que sigo soñando, soñar me da esperanza, me da un motivo para seguir. Nunca dejes de soñar. Yo también te sigo Marta :)

      Eliminar
  3. Pufff... con la piel de gallina y los ojos empañados, así estoy después de leer ese texto. Espero que algún día se te cumpla gran parte de esa lista :)

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también lo espero :) Y que se cumpla también para ti si es lo que quieres.
      Muchas gracias por comentar tu emoción al leerlo, eso, al fin y al cabo, también es una forma de compartir.
      Un saludo :)

      Eliminar
  4. Bueno, como repertorio de momentos mágicos, el post no tiene desperdicio... una delicia... Mmmmmhhhh...

    Bonito lugar.

    Besos y burbujas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, me gusta la definición de "repertorio de momentos mágicos".
      Besos :)

      Eliminar